martes, 6 de diciembre de 2011

Otra Europa, por favor!

Como bomberos pirómanos, Merkel y Sarkozy ahora quieren rehacer la Europa que han hecho pedazos. ¿Nadie les cantará las cuarenta? ¿No les dirá nadie que no era esta la Europa que soñábamos? ¿Veremos impasibles como nos mandan cambiar la constitución de un día para otro, y como ponen aquí y allí gobiernos títeres a su servicio?


Lo dice la teoría económica y lo corroboran los recientes datos publicados respecto a la actual mayor desigualdad social en toda Europa: bajar salarios supone subir las rentas del capital, solo eso; en definitiva, hay que repartir el producto que se genera entre unos y otros, y salarios y beneficios no son sino una participación en el producto, vasos comunicantes donde, si un lado baja, el otro sube; pero de mayor competitividad en relación con otras zonas económicas, como por ejemplo China, nada de nada.

En cambio, menos rentas salariales sí suponen un menor consumo y, por tanto, una menor actividad económica. La austeridad alemana, que sí supone una ventaja para Alemania dentro de la zona euro, ha deprimido en favor suyo la economía de la Europa periférica y, de rebote, ha hecho emerger y ha convertido en (cuasi) impagables los déficit públicos de ésta: Grecia, Portugal, Italia, España...

De acuerdo, nosotros no hemos hecho los deberes, no hemos sido bastante "alemanes"; la pregunta es si queremos serlo y si, de querer, podíamos; puesto que nosotros no hemos tenido nunca el equivalente a un plan Marshall!

Por separado, ni Francia ni Alemania consiguieron conquistar Europa; ahora prueban de hacerlo juntos. ¿Esta es la Europa que queremos? ¿Dónde está la otra: la culta y justa, la de Zweig, Steiner, Habermas, la de las personas?

Otra Europa ha sido y es possible. Si para hacerla juntos hemos de hacer el paso de la oca, quizás habrá de ser por separado.

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