jueves, 29 de diciembre de 2011

Sudarás el pan que te ganes


Algún lector arrugaba la nariz cuando en un post reciente yo hablaba de repartir el trabajo; quizás se quedaría sorprendido de saber que es algo que ya hacen en lugares como por ejemplo Alemania, donde la renta por hora ocupada es muy superior a nuestra (124 contra 108, tomando la media UE 27 como base 100) cómo también lo es su renta per cápita (118 contra 100); y en cambio, la renta por persona ocupada es más baja allí que aquí (105 contra 109).

Por tanto, más reparto del trabajo y mucho más trabajo a tiempo parcial, algo que no siempre es contrario a los intereses de los ciudadanos; más bien al contrario, hay quienes valoran mucho su tiempo y son tacaños a la hora de alquilarlo; no todo el mundo quiere ganar más dinero, hay quienes quieren el necesario y prefieren más disfrutar de su tiempo o emplearlo en actividades no monetizadas: los amigos, la familia, la comunidad, el arte, el estudio, el deporte...

De hecho, quién más interés tiene en que se trabajen más horas son quienes se quedan, de la renta por hora trabajada, la parte que no recibe el trabajador (50% en promedio de aquí y allí); pero este plus de ganancias ya lo podrían hacer con los cuatro millones de parados! Y aquí es donde llora la criatura, porque si en Alemania se genera por 124 a la hora, y aquí por 108, sale más a cuenta contratar allí que aquí. Digámoslo una vez más: el negocio no se hace pagando poco, sino sacando más a cambio!

Pero que nadie se confunda, esta superior renta por hora trabajada no tiene nada que ver con la mayor laboriosidad norteña: el más eficiente labrador con una hoz cortará menos espigas que uno de mediocre que disponga de segadora y tractor. Se entiende ¿verdad? Es como la fórmula 1, será mérito del piloto lograr la pole position, pero hacerlo a trescientos kilómetros por hora depende del coche.

En cualquier caso, cuando se habla de flexibilidad laboral también hay que contemplar el trabajo a tiempo parcial; y para hacerlo posible hay que empezar cambiando las cotizaciones sociales, un impuesto sobre el trabajo que sale más caro si contratos dos personas a 25 Keur/año, que una por 50. De locos ¿no os parece?  Y después hará falta que lo contemplen los sindicatos y, sobre todo, las empresas.

Entre el menos sueldo por más horas que quieren los empresarios, y el más sueldo por menos horas que quieren los sindicatos, hay que contemplar el menos tiempo/menos sueldo en forma proporcional; de hecho, bajando menos el sueldo que el tiempo, por cuanto la productividad de todo el mundo mengua conforme pasan las horas.

Repartir el trabajo, pues, no porque no tenga que haber para todo el mundo —parar el déficit comercial y pagar la deuda exterior requeriría las manos de todos—, sino para ir poniendo límite al castigo divino de ganarse el pan con el sudor de la frente. Y dado que el castigo era por haber comido del árbol del bien y del mal, esto es, por hacer uso de la razón, parecería lógico que la usáramos ¿no?

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