viernes, 9 de diciembre de 2011

que tire la primera piedra


Aquí construíamos sin medida y ellos, los del Norte, nos dejaban el dinero sin problema. No tenía  ningún sentido, pero crecíamos y teníamos superávit fiscal, a pesar del déficit comercial exterior i la necesidad de ahorros de afuera. De repente...


Los EUA, con más déficit comercial y una burbuja inmobiliaria mucho mayor que la nuestra, financiada esta por los chinos, dejaron caer Lehman Brothers, el gigante financiero que empaquetaba hipotecas basura y las revendía con los sellos de calidad de las agencies de rating; lo dejaron caer y el pánico cundió por todo el globo.

Los banqueros del Norte dejaron de renovar nuestros créditos, la construcción se frenó de golpe, el paro comenzó a aumentar y los superávits públicos se convirtieron en déficits... y, aparentemente, nosotros somos los únicos culpables; nosotros, los del Sur: griegos, italianos, españoles, portugueses... todos vagos y perezosos que han estirado más el brazo que la manga.

Bien cogidos por la deuda contraída, el Norte acreedor nos impone sus condiciones: ahora toca sacarnos, también, la capacidad fiscal, el último recurso para hacer política económica, precisamente el único que ahora podría sacar a toda Europa del agujero negro de la recesión.

Si tenéis dudas leed a Stigliz y leed, también, a V. Navarro; a pesar de su distancia ideológica, ambos están de acuerdo en la existencia de políticas alternativas para salir de la crisis. También ellos lo saben, Merkozy y sus acólitos también saben perfectamente que los ajustes necesarios para cumplir con los objetivos de déficit no hará sino sumar recesión a la recesión: más paro, más hambre, más suicidios...

¿Pero si lo saben...?

A ver, ellos no están tan mal, ni sus países ni, sobre todo, los lobys corporativos que los arropan y han visto crecer como nunca su riqueza; por otro lado,  si nosotros somos los únicos culpables de nuestra situación, como nos quieren hacer creer e incluso deben creer ellos, ¿porqué salvarnos en lugar de aprovechar la ocasión, la tan esperada ocasión de gobernarnos?

Detrás de toda guerra está la economía, y la economía puede ser “per se” un arma de guerra; vencido el enemigo llega la hora del aprovechamiento del éxito: adiós Europa, gloria a Franconia, Merkozy ha triunfado!

Y nuestros parados, o mejor aún, los más brillantes de nuestros hijos que no se preocupen, en la riba del Rin encontraran trabajo y buen vino.

¿Se entiende mejor ahora porqué pedía otra Europa?

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